Libertarismo (metafísica)

En discusiones filosóficas alrededor del libre albedrío y el determinismo, libertarismo se emplea generalmente afirmando las siguientes proposiciones: Los libertarios adhieren a la filosofía del incompatibilismo que indica que una acción no puede ser libre y predeterminada físicamente al mismo tiempo.

La posición metafísica alternativa postula que, aunque el universo es indeterminista, la opción de un agente es, sin embargo, causada por acontecimientos anteriores, pero esos acontecimientos asignan solamente ciertas probabilidades a su opción definitiva (por ejemplo, una posibilidad del 30% de que el agente elija el factor A, una posibilidad del 70% que no lo haga).

Sin embargo, según David Hume, si una opción no se determina entonces es simplemente un acontecimiento al azar, que es problemático puesto que tal opción carecería de propósito.

Aunque las interpretaciones filosóficas dominantes de la mecánica cuántica llevan a pensar que el determinismo puede ser falso, Roy C. Weatherford (en el Oxford Companion to Philosophy) coincide con Hume:

Aunque no es sostenido por la mayoría de filósofos contemporáneos, el libertarismo todavía es discutido extensamente y es ávidamente defendido por filósofos como Peter van Inwagen,[1]​ Robert Nozick,[2]​ Robert Kane,[3]​ Timothy O'Connor y Laura Ekstrom.

La imagen de los dados representa el elemento de incertidumbre y aleatoriedad que el libertarismo (en metafísica) explora al cuestionar el determinismo. Así como el resultado de una tirada de dados no está predeterminado, los libertarios argumentan que las decisiones humanas no están completamente determinadas por causas previas, sino que pueden estar sujetas a posibilidades abiertas, permitiendo así el libre albedrío. Los dados simbolizan, por tanto, la noción de que nuestras elecciones no son el resultado de una cadena causal fija, sino que reflejan una gama de probabilidades y libertad genuina.