UU. se habían transformado en el principal mercado de importación y exportación del mundo.
UU. contra la competencia foránea, especialmente después que se agravara la Gran Depresión.
UU. había recibido protestas de 23 países que se veían perjudicados como socios comerciales, entre ellos Canadá.
Tal como muchos habían anticipado, surgieron de forma inmediata en todo el mundo represalias comerciales contra Estados Unidos.
Por su parte Gran Bretaña y Francia adoptaron también medidas proteccionistas como represalia contra la Ley Hawley-Smoot, mientras que Alemania optaba por aspirar oficialmente a la autarquía económica en lo que fuese posible o desarrollar lazos comerciales solo con Europa.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en los Acuerdos de Bretton Woods en 1944, se pactó no fijar aranceles unilaterales como los establecidos en la Ley Hawley-Smoot.
La disminución del comercio entre 1929 y 1933 "fue casi enteramente una consecuencia de la Depresión, no una causa.
Si esta disminución (del comercio internacional) hubiera sido la causa de la depresión que han experimentado los países, habríamos visto lo contrario".
[4] Milton Friedman también opinaba que la tarifa Smoot-Hawley de 1930 no causó la Gran Depresión.
Concluye que, contrariamente al argumento popular, el efecto contractivo del arancel fue pequeño (Temin, P. 1989.
[7] Según Ian Fletcher, los aranceles sólo se aplicaban a un tercio del comercio estadounidense, lo que representaba el 1,3% de su PIB.