En su juventud había entrado en el seminario con aspiraciones hacia el sacerdocio, pero lo abandonó después de un año.
[2] Interpretó numerosos personajes protagonistas en la década de 1930, firmando un contrato con el recién formado estudio LVN.
Tras las invasión japonesa de 1941 la producción cinematográfica se detuvo en Filipinas y regresó nuevamente Salcedo, periodo durante el cual estuvo trabajando en el Teatro Avenida, participando también en actividades de guerrilla.
Debido a ello fue encarcelado y solo fue puesto en libertad tras la intercesión del gobierno de Benigno Aquino, Sr.
En 1961 ganó el premio al mejor actor de la Academia Filipina de Artes y Ciencias Cinematográficas (Famas) por The Moises Padilla Story.