Leo Sala

Comenzó su relación con el periodismo de muy joven en la agencia France Press, pero con la llegada del peronismo al poder en 1946 en razón de sus ideas políticas debe exiliarse en Montevideo, donde continuará ligado al periodismo, y recién regresará a su país después del derrocamiento del gobierno en 1955.

Ccomienza entonces a trabajar en la revista de cultura general Leoplán donde, por razones fortuitas, inicia la sección Después del estreno.

Ocurrió que Sala acostumbraba a comentar informalmente con sus compañeros los estrenos cinematográficos a los que concurre y al saberlo Carlos Duelo Cuver, en ese momento director de la publicación, le propone que convierta esa práctica en una sección fija de la revista.

A partir de la década del sesenta, la sección, siempre a cargo de Sala, pasan a la revista Atlántida editada por la editorial del mismo nombre.

En forma paralela a su labor Leo Sala escribió teatro, poesía, algunos guiones cinematográficos que no llegaron a filmarse y la novela Judas pide una lágrima, publicada en Buenos Aires por Editorial Deyele en 1958, en la que el protagonista integra una célula clandestina que combate al gobierno peronista en la década de 1950.