Las lenguas atlánticas occidentales son un grupo extremadamente diverso, y no existe ninguna innovación común a todas ellas que permita suponer que existió un antecesor común reciente (diferente del hipotético proto-Níger-Congo).
Las marcas de una clase nominal generalmente involucran prefijos y/o sufijos (por ejemplo el Temné las indica mediante prefijos y el fula mediante sufijos), aunque en wólof la clase nominal a la que pertenece un nombre solo se infiere a partir de los demostrativos y otras palabras que acompañen al nombre, es decir, mediante concordancia.
Otras clases nominales on menos claras conceptualmente y pueden referirse simplemente a formas diminutivas o aumentativas.
Según este autor la situación del Temne que usa prefijos sería la original, y la situación del fula sería derivada, eso podría explicar simultáneamente la alternancia consonántica inicial, la cadena de cambios de acuerdo a esta hipótesis sería algo así: El estado (1) corresponde más o menos con la situación del Temne.
El estadio (2) quedaría reflejado en lenguas como el Serer, que usa tanto un prefijo como un sufijo para marcar la clase nominal.