Sus obras de ficción han sido traducidas al español, francés, inglés, y alemán.
Leer los libros de otros autores quizá le llevó a escribir los suyos propios.
Para Leila, el uso de la lengua francesa está siendo sometido a invasores que ya ni siquiera están presentes.
Sus libros parecen responder no solo a los conceptos erróneos actuales de las mujeres árabes en los Estados Unidos, sino también al legado del dominio colonial francés en Marruecos, así como a ciertos aspectos de su propia familia y país.
Significativamente, ella lleva a cabo sus múltiples críticas desde un marco musulmán especialmente centrado en la mujer.