[1] En Layers of Fear, el jugador controla a un pintor psicológicamente perturbado que está tratando de completar su obra magna, mientras se interna a través de una mansión victoriana que alberga algunos secretos inquietantes sobre el propio pintor.
[2][3][4][5] En agosto de 2016 se lanzó un pequeño DLC titulado Layers of Fear: Inheritance, como continuación directa del juego en el que se controla a la hija del pintor, enfocándose en el trauma después de regresar a la antigua casa familiar.
Layers of Fear está muy atenuado, y hay objetos que descubren ciertos aspectos de la historia del pintor.
El hombre era un joven y ambicioso pintor que utilizó a su esposa pianista como modelo para su pintura.
Después del embarazo, decidió pasar más tiempo trabajando en sus pinturas y dejó a su esposa con la crianza de su hija.
Se revela que el pintor pasó años encerrado en su casa trabajando en la misma imagen varias veces tratando de perfeccionarla.
Si el jugador entra a la sala donde el artista arrojó la pintura, se revela que todos los retratos están bien hechos y se parecen a la esposa del artista, pero éste sólo puede verlos como un desastre desfigurado.
Explorando la casa destruida con una linterna, revive sus experiencias y atestigua todo el alcance de la tragedia que asoló a la familia.
Un ejemplo de ello involucra a la hija creando obras de arte, donde puede crear dibujos infantiles con crayones (obteniendo una dura desaprobación del padre), o donde la hija puede pintar junto con las sugerencias del padre (obteniendo elogios si se hace correctamente).
El final "bueno" del DLC se produce si la mayoría de los recuerdos llevan a que la hija vea al artista favorablemente.
Mientras la casa arde, la hija deja de aceptar que no puede entender al artista, pero logra perdonarlo.
El final "malo" ocurre si la mayoría de los recuerdos llevan a que la hija vea al artista negativamente.
Todavía viendo el retrato como una disculpa, la hija piensa en la presunción del artista al pensar que una pintura resolvería su mala infancia.
Viendo en ello una disculpa para nada suficiente, en una habitación llena de malos recuerdos, la hija lo rompe contra una cómoda.