Le dice que él mismo no la pudo enterrar porque concede deseos y riquezas, pero es muy peligrosa.
Como no llevan para pagar, el dueño los hace actuar a todos: Quica, Cuca, Manolín y Shilinsky.
Luego pide como primer deseo (de cinco posibles) 10 mil pesos.
Este último lo lleva a imaginar que un día Manolín tendrá su propia carpa.
Entonces una mujer moribunda le extiende un cheque por esa cantidad, producto de una deuda que nunca saldó con Don Manolo.
Nuevamente Manolín reparte ese dinero con los abusones, quienes lejos de mostrarse satisfechos piden más.
Ahora tiene que alquilar una casa nueva y comprar un auto, joyas, etc. Después de gastar el dinero, y ante las demandas cada vez más voraces de los otros, pide a su bisabuelo medio millón.