Larry Harmon
Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en el Ejército de los Estados Unidos y, tras su retorno, soñó con llegar a ser médico, hasta que conoció al legendario Al Jolson.Según la autobiografía de Harmon, The Man Behind the Nose, Jolson habló con él y le convenció para dedicarse al espectáculo.[1] En 1956 Harmon adquirió a Capitol Records los derechos para utilizar el personaje Bozo.[5] Fue enterrado en el Cementerio Mount Sinai Memorial Park de Los Ángeles.Larry Harmon escribió una autobiografía titulada The Man Behind the Nose: Assassins, Astronauts, Cannibals, and Other Stupendous Tales, publicada en 2010 por Igniter Books.