Laguna de Aguere

[2]​ Según el caballero inglés Edmond Scory, los guanches creían que las almas de los buenos y valientes habitaban en el valle de Aguere.

[4]​ Es sabido que la laguna era navegable, pues en documentos antiguos se menciona que los frailes del convento de San Miguel de las Victorias lo cruzaban en una pequeña embarcación para dirigirse al centro de la ciudad y regresar posteriormente a su convento.

[5]​ Durante el aluvión que en 1826 afectó a Canarias, el lago se desbordó e inundó la ciudad.

En 1837, la Comandancia de Ingenieros drenó el agua y para 1839, ya la laguna había sido desecada según palabras del geólogo Sabino Berthelot.

Olivia Stone escribió en 1888 que aunque la laguna había desaparecido completamente reaparecía en la época lluviosa como un área pantanosa.