La maldición del paraíso

Los dos viven fuera del país y deciden organizar un viaje para que Camila conozca al resto de la familia.

Camila también empieza a descubrir que la madre de Cristóbal y Antonio tiene preferencia por el segundo, mientras tratan al primero con un profundo desprecio.

Camila intenta irse a vivir con Cristóbal, pero Cristóbal es muy loco y hace cosas raras todo el tiempo, mientras que Camila está acostumbrada a una vida tranquila con un hombre serio y trabajador como Antonio.

La joven intenta volver a la normalidad con Antonio, pero es inútil, pues no puede dejar de pensar en Cristóbal, así que se decide a intentar una doble vida: esposa de uno y amante del otro.

Cristóbal, por su parte, vuelve con su novia e intenta portarse bien, pues en realidad no siente nada por Camila y le avergüenza un poco el haberla usado.

En la isla, Camila se encuentra con un enigmático personaje: una bruja (Lucy Martínez) que parece saber mucho del pasado de ella y su familia.

Esa mujer le cuenta a Camila que su madre (Helena Mallarino) mató a su padre para quedarse con su amante (Pepe Sánchez) y una maldición cayó sobre toda su descendencia: Camila, su hermano (Juan Carlos Vargas) y todos los demás.

Mientras tanto, Antonio, sin nada que perder, piensa en diferentes formas de matar a Cristóbal.

Posteriormente, Cristóbal encuentra otra arma contra Antonio cuando descubre que no es hijo de Sofía y Eduardo Rivera, sino un huérfano sin familia que Sofía recogió en la calle para cobrar la herencia de su marido muerto.

Camila decide que esto es una señal del destino; si ella muere, la maldición se detendrá y los dos hermanos dejarán de pelearse e intentar destruirse mutuamente, así que no le cuenta nada a nadie sobre su situación y se recluye en su casa.

La joven abre los ojos mientras Antonio duerme y tiene una alucinación con Cristóbal, a quien le dice: "Te perdono", antes de expirar.