Muchos artistas catalanes como Rusiñol asistían a este tablao, además del pintor Romero de Torres para el cual Julia Borrull posaba.
[1] Debido a que el flamenco era muy demandado durante los años 20, la familia tuvo éxito y pudo realizar numerosas actuaciones en los teatros de Barcelona.
Además participaron en la Exposición Internacional de 1929 y realizaron una gira hasta llegar a París.
Con el titulado Alma española, alcanzó ciento cincuenta representaciones en los teatros madrileños Cómico y Calderón.
También sobrepasó las cien representaciones con el denominado Romancero gitano, siéndole tributado un homenaje con tal motivo, en 1948.