Tanto la Academia como las pocas unidades que quedaban del Regimiento de Ingenieros de Alcalá se unirían a los sublevados, desplazándose hasta Valencia donde serían reorganizados como Regimiento.En la mañana siguiente, las dos compañías formaron sus cuadros y fueron visitadas por separado por el Coronel Pueyo, quien les transmitió que conocía sus temores y ofreció a todo soldado que así lo quisiera ser destinado a las distintas compañías destacadas en trabajos en la península.El coronel inicialmente era contrario a sublevarse contra los franceses, pero el sargento mayor Julián Albo Helguero junto a los subtenientes Francisco López, José Segovia, Mariano Albo y Salvador Manzanares (los cuatro aún alumnos de la Academia) sí se posicionaron a favor de hacerlo y dirigir las dos compañías que restaban en el cuartel (las otras 8 estaban desplegadas desde hacía tiempo en distintas misiones) a Cuenca para liberar la ciudad y servir de ejemplo para el resto de ciudades de España.Por otra parte los jefes y oficiales que se quedaron en Alcalá también terminaron por incorporarse a los sublevados el 6 de junio del mismo año.[2] A todos ellos se les concedieron una condecoración, llamada la Cruz de la Fuga de los Zapadores, que para los que salieron en la primera expedición el 24 de mayo, llevaría la inscripción: Mi lealtad y valor te conservaron, y para los oficiales que partieron posteriormente La lealtad y valor nos decidieron.
Relación de las ocurrencias en Alcalá de Henares con motivo de la heroica salida que de ella hicieron las Compañías de Zapadores en mayo del 1808.