El libro plantea una aproximación al estudio de la mitología desde una perspectiva decididamente creativa e idiosincrásica.
Graves sostiene que la poesía «verdadera» o «pura» está inextricablemente ligada al antiguo culto-ritual de esa Diosa Blanca y su hijo.
Graves reconstruye lo que considera el lenguaje mágico de la Europa antigua mediterránea y septentrional, vinculado a ceremonias religiosas populares en honor a la diosa Luna.
Según el autor, la conquista patriarcal llegó a Europa occidental alrededor del 400 a. C. En La Diosa Blanca, Graves estudia numerosas tradiciones mitológicas en busca de los antecedentes históricos y místicos de la poesía; así comienza con la mitología griega, continúa a través de las supervivencias de los bardos celtas y termina con referencias satíricas sobre la sociedad contemporánea del autor.
[1] Este ensayo ha sido considerado como un punto de inflexión en su obra poética y novelística.