Clara, una espléndida joven perteneciente a la noble familia Grandi, es criada por los campesinos de la hacienda San Leonardo donde nació.
Creció libre de la sociedad y estableció una relación muy íntima con Matteo, un huérfano criado con ella por los esposos Staineri.
El conde Guido Fossà, un mujeriego endeudado de los pies a la cabeza, es el hombre elegido para ella y, aunque no es fácil ni nada evidente, el amor nace entre los dos.
La oscuridad que ha entrado en su vida la pone en peligro y eventualmente la enferma mentalmente.
Alguien la empuja a las aguas del Adige, dejándola ahogarse y escenificando un suicidio.