Jurgen (Ludovic Tattevin) está viendo con su mujer y sus hijos la televisión.
Jurgen lo compra y comprueba que él está incluido en la lista.
Hablada en inglés, filmada en cámara digital, rodada en Alemania, con muy bajo presupuesto y una distribución muy limitada.
Pero obtuvo un cierto reconocimiento de la crítica, que saludó su aire internacional así como su discurso sobre seres humanos que se vampirizan entre sí (Carlos Losilla, 2005), dejando cicatrices abiertas sobre las cuales se vertebra tanto una vida afectiva como un orden internacional sustentados sobre la base de una dolorosa traición.
Con una excusa argumental mínima y bajo el formato genérico del cine de espías, Pablo Llorca inyecta a la historia un cierto aire costumbrista, optando por un estilo elíptico que en ocasiones plantea dudas sobre la veracidad de las imágenes proyectadas -cf.