Relata la visita clandestina del director de cine chileno Miguel Littín en 1985 a su país natal tras 12 años en el exilio.
Miguel Littín no se encuentra en esta lista, halla su nombre en otra lista de personas a las cuales se les prohíbe visitar el país.
Este hecho convence a Miguel que la única manera de retornar a su querida patria es mediante el uso de un pasaporte falso, una profesión y una excusa falsas, y más aún, con una esposa falsa.
Filma entrevistas con chilenos comunes y corrientes y con gente de movimientos de la resistencia que operan en forma clandestina.
La realización del documental tenía como propósito mostrar al mundo la brutal represión y avergonzar al régimen de Pinochet al revelar las redes de gente joven trabajando en Chile para tumbar la dictadura.