Cuenta con una trama urbana medieval en la que queda reflejada su evolución histórica.
La planta de la Villa, condicionada por la orografía se inscribe aproximadamente en un triángulo, con un pináculo apuntando al Júcar y base redondeada hacia el arrabal, estructurándose en torno a la diagonal de la calle Mayor.
El terraplenado del primitivo cauce muerto del río Júcar, que bordea La Villa, abrió las perspectivas de construcción de una gran avenida, demoliéndose el obstáculo del puente de San Bernardo para trazar el primer tramo (Santos Patronos).
Las viviendas tradicionales de “La Villa” estructuraban su fachada en tres unidades delimitadas: Planta baja, con amplio portalón que permitía el acceso del carro y ventanal rectangular protegido con reja de forja lisa.
En planta baja se encontraba la estancia que servía de pasillo para las caballerías hasta el establo, flanqueado por un dormitorio, una chimenea comedor y la cocina.