La Tartana Teatro comienza con espectáculos de teatro de calle en 1977 en una época en la que “en la calle te podían detener si hacías cualquier actividad que no fuera caminar”.
Más tarde, empieza a crear espectáculos de sala y en 1990 funda el Teatro Pradillo.
En esos años hay un cambio en el equipo ya que algunos de sus miembros deciden emprender otros caminos, por lo que Juan Muñoz se queda al frente de la compañía como director en solitario.
En 1996 se abre una nueva etapa: la compañía se adentra en la creación de espectáculos para público familiar con La roca y la colina, una tendencia que continuará hasta nuestros días.
En 2004 establece su sede en El Escorial y se une a la compañía Inés Maroto, artista plástica con experiencia en el mundo infantil que colaborará en un primer momento en lo relativo a la plástica del espectáculo (vestuario, escenografía y modelaje) para más adelante participar de todas las facetas artísticas del proceso.