Desde hace años, los hijos de la dinastía Rodríguez, Mariano (Gabriel Cañas), Antonia (Daniela Ramírez) y Gabriel (Simón Pesutic) viven lejos de él por lo que casi no se ven.
Para los hijos de Baltazar, su padre debe dejar el campo, cambiar de vida e irse a instalar a la capital en un excelente senior suite.
Porque él no está dispuesto a que tres jóvenes lo manejen, y les demostrará que en su tercera edad, puede vivir a su manera y no como ellos quieren obligarlo.
Además, conoce muy bien a sus hijos y tiene el firme presentimiento de que detrás de su insólito plan de trasladarlo a la capital se esconden sospechosas intenciones: Gabriel, el más joven y más relajado de los tres hijos, desea tener a su padre cerca, porque así puede buscar inspiración para encontrar un buen motivo por el que vivir al límite; en tanto Antonia, siendo la única hija mujer de la familia, va buscando encontrar un buen momento para recuperar el cariño paterno que había perdido, y anhela aprovechar pasar el tiempo junto a su padre de alguna u otra forma; mientras que Mariano, quien resulta ser el hombre más terco, avaricioso y egoísta de toda la dinastía Rodríguez por ser el hijo primogénito, sólo quiere que su padre se aleje del fundo familiar para venderlo al mejor postor inmobiliario y sacar una buena fortuna, debido a que el terreno en sí resulta de un enorme e incalculable valor.
Baltazar hará todo lo que esté a su alcance para lograr que Margarita cuelgue los hábitos y sea feliz junto a él en el ocaso de sus vidas.