Formalmente La Garita, en Jalisco, se llamaba la propiedad o Hacienda de San Lázaro, cuando fue colonizada por primera vez por empresarios ricos.
Durante esos tiempos los comerciantes que viajaban del estado mexicano de Michoacán a su destino, el estado de Colima, paraban para descansar en esta zona, al mismo tiempo que promovían el comercio en la región.
El transporte de mercancías durante esos tiempos era difícil, pues solo se empleaban animales para llevar sus cargas.
Los comerciantes tomaban este lugar como refugio para descansar y después continuar su viaje.
La ciudad varía en elevación debido a la pendiente de las colinas y montañas que rodean la orilla del río.