Por primera vez, los científicos han observado ondulaciones en el tejido del espacio-tiempo llamadas ondas gravitatorias, detectadas al llegar a la Tierra desde un evento catastrófico en el universo distante.
El descubrimiento, aceptado para su publicación en la revista Physical Review Letters, fue realizado por la Colaboración Científica LIGO (que también incluye al GEO alemán y al "Consorcio Australiano para la Astronomía Gravitatoria Interferométrica") y por la Colaboración Virgo francoitaliana, con datos de los dos detectores LIGO.
Consta de dos observatorios: La duplicidad de los observatorios permite identificar falsas detecciones producidas por efectos locales tales como pequeñas perturbaciones sísmicas o un fallo del instrumental.
Las mejoras afectaron a los espejos, la suspensión y el sistema de aislamiento sísmico.
[6] Además de Estados Unidos con el proyecto LIGO, otros países están desarrollando proyectos similares, como el detector italo-francés VIRGO, ubicado en Pisa, Italia y el GEO, ubicado en Hanóver, Alemania.
Se lo ha denominado LISA (Laser Interferometer Space Antenna) y es un proyecto conjunto de las agencias espaciales NASA y ESA, cuyo lanzamiento se prevé para el año 2034.