Al ser alambrada con púas, electrificada, minada y vigilada permanentemente, la misma desempeño su objetivo.
Por décadas después de que el conflicto había cesado, se estimaba que quedaban millares de minas terrestres (minas antipersonal) que el ejército francés había dejado activas durante su retirada; según Argelia, estas serían más de tres millones.
Estas armas continuaron causando pérdidas de vida y mutilaciones entre la población argelina local durante décadas.
[1][2] No fue hasta octubre de 2007 que el general Jean-Louis Georgelin, entonces Jefe de Estado Mayor del Ejército Francés, entregó oficialmente a su homólogo argelino, el General Ahmed Gaïd Salah, los mapas indicando los campos minados que el ejército francés dejó a lo largo de las líneas Challe y Morice entre 1956 y 1959.
Indicó que después de décadas de labores, lograron despejar 93 zonas minadas o que se consideraban minadas, incluidas 78 que hacían parte de estas Líneas.