Aunque podían subirse a los árboles, los lémures gigantes eran predominantemente terrestres, desplazándose sobre las cuatro patas por el suelo de la selva mientras se alimentaban de abundante materia vegetal, en su mayor parte hojas.El cerebro era pequeño en comparación con el resto del cuerpo, y el cráneo se alargaba y curvaba ligeramente hacia arriba, de forma más parecida a un herbívoro como un caballo o un rinoceronte.Bajo el cráneo se insertaba una mandíbula tan robusta como desproporcionada, de un tamaño mayor a la del gorila.[2][3] Es probable que la caza y la destrucción de su hábitat causasen la extinción del lémur gigante.Un animal lento y probablemente territorial como Megaladapis se adaptaría muy difícilmente a semejante presión.