El primero en utilizarlo, en 1807, fue Luis Bonaparte, rey de los Países Bajos en ese momento, quien concedió el título a asociaciones culturales.
Para ser merecedor del nombramiento, la compañía u organización debe reunir las siguientes condiciones: Otra norma es que el monarca concederá un solo título real por rama de negocio.
Este último lleva a cabo una investigación en profundidad sobre la organización peticionaria entre los ministerios y la cámara de comercio.
Los grupos Douwe Egberts, Philips, Grolsch y Ahold utilizan el término Koninklijk en su denominación oficial pero no en sus comunicaciones.
Edificios importantes como el teatro Schouwburg en La Haya o el palacio real de los Países Bajos también recibieron el Koninklijk.