En la literatura en español y otras lenguas también consta como «castillo de Karlsburg».
[1][2] Sus sucesores ampliaron el palacio hasta que las tropas francesas lo incendiaron en agosto de 1689.
En el invierno de 1698/1699, al regresar del exilio desde Basilea, el margrave Federico VII Magno comenzó a reconstruirlo.
Posteriormente, el palacio de Karlsburg se utilizó como sede administrativa.
En 1964, se demolió un ala para acoger a una escuela (Schlossschule de Durlach).