El plan funcionó, ya que Okamoto y sus camaradas atrajeron poca atención antes del ataque.
Kōzō Okamoto fue herido y capturado al tratar de huir.
Kritzman, nacido en Chicago y entrenado en Reino Unido, tenía experiencia defendiendo a israelíes acusados bajo el Reglamento de Emergencia.
"[5] Okamoto se declaró culpable, asegurándose de no ser condenado a muerte.
Kōzō Okamoto fue condenado y sentenciado a cadena perpetua en Israel.
Una vez cumplida su pena de prisión, los otros cuatro miembros del Ejército Rojo fueron deportados a Jordania y desde Amán, Jordania, fueron llevados en un avión ruso a Japón.
[9] En mayo de 2017, Okamoto concedió una entrevista al Mainichi Shimbun en Beirut.