Sus padres fueron Felipe López y Emilia Aveledo.
Su madre muere pocos años después y su padre se encargó de que recibiera educación cristiana.
Le concedieron licencia de vestir la sotana y los gastos corrieron por pare de una familia rica.
En los alrededores de su parroquia vio muchos moribundos y necesitados viviendo en las calles, lo que le recordó su humilde situación y decidió hacer algo para ayudarles.
En 1899, López nombra a Laura Evangelista Alvarado Cardozo como directora y ecónoma del hospital.