Julieta de Cesarea o Julita de Cesarea (f. Tarso, c. 304), fue una viuda rica de Cesarea de Capadocia.
Despojada por un hombre de negocios a quien ella quería demandar; pero los cristianos a principios del siglo IV solo podían testificar en un juicio abjurando de su fe.
La persecución que intentó evitar la obligó a ir a Tarso en Cilicia con su hijo, Quirice, que tenía tres años.
Ella se negó a hacerlo y fue condenada a la hoguera durante el reinado de Diocleciano.
Se celebra el 30 de julio.