Julios Césares

Durante el siglo II a. C., su importancia es marginal, obteniendo solamente un consulado cuando el hijo de éste, Sexto Julio César, se hizo cónsul en 157 a. C., pero con el nuevo siglo, y aliados con Cayo Mario, cobran notoriedad y varios miembros obtienen las fasces consulares, entre los que destaca Cayo Julio César, su miembro más destacado y forjador de la fama familiar, quien conquistó la Galia y se convirtió en el amo absoluto de Roma tras la Guerra civil.

Tras su muerte, la familia continuó mediante adopciones dando lugar a la dinastía Julio-Claudia de emperadores romanos.

Ya en aquella época, los Julios Césares estaban divididos en dos ramas: por un lado estaban los parientes cercanos de Julio César, que mediante matrimonios y adopciones dieron lugar a la dinastía Julio-Claudia; la otra, descendiente directa del cónsul Sexto, desapareció a finales del periodo republicano.

Los Julios Césares usaron tres praenomina: Cayo, Lucio y Sexto.

Algunos autores sitúan a Cneo Julio en esta familia, aunque el praenomen Cneo solo se conoce en un dudoso caso del siglo V a. C. perteneciente a otra familia de los Julios.

Monedas acuñadas a nombre del César.