El coronel Martínez había luchado 11 días con todas sus fuerzas y hasta quemar su último frente a un enemigo que lo rodeó; el mismo enemigo le rindió honores por su bravura en el momento de su rendición.Cuando el mariscal López recibió la noticia de la capitulación del coronel Martínez, mando llamar a San Fernando pues ella se encontraba en la capital.[1] Cuando fue interrogada por el tribunal sobre la supuesta participación suya y la de su esposo, ella contestó: “No tengo ningún conocimiento sobre ninguna conspiración” “si esas personas han dicho algo en mi contra ha faltado a la verdad, mi marido jamás me habló de nada parecido a un complot, El es incapaz de cometer una traición y de todo acto contrario a las leyes del honor” Al insistírsele el tribunal sobre el supuesto delito ella insistió: “Ni yo ni mi marido, somos capaces de semejante traición –contestó Juliana, con resolución y energía.Mi marido es un militar muy pundonoroso, y ha servido a la patria con honor y valentía, Yo, la mujer de ese héroe, llevo con dignidad su nombre”.[2] Juliana Insfrán fue azotada y torturada; furioso el Mariscal López por la resistencia de su prima, la mando sodomizar por un prisionero de color y sufrió el famoso cepo uruguayana.