Sus primeras victorias llegaron el segundo año de cadete con tres triunfos.
Su explosión llegó en las temporadas 1986, 1987 y 1988, en las filas del equipo filial del Teka, ganando carreras en Chile, Semana Aragonesa, etapa reina y 3.º en la general del Circuito Montañés de 1988, etapa y regularidad de la Vuelta a Granada y varias carreras de un día.
En la temporada 1989 pasa a profesional con el Teka, no gozando de muchas oportunidades debido a lo extenso y veterano de la plantilla, que no dejaba mucho sitio a los jóvenes.
Sus actuaciones más reseñables fueron el puesto 8.º en la Clásica Cholet en Francia, 5.º en Vuelta a Asturias, 19.º en la Vuelta a los Valles Mineros y 27.º en el Campeonato de España.
En 1992 apenas compitió y el equipo Wigarma desaparece a mitad de temporada, teniendo que abandonar el ciclismo profesional.