Joseph Anton Koch

De niño, Joseph Anton ayudó a su padre en la explotación familiar, encargándose en particular del ganado.

Este último transformó su frustración respecto a los métodos anticuados de la Hochschule en calor político.

Durante cerca de tres años, vaga sin rumbo fijo por Alpes suizos, descubriento su interés por los paisajes montañosos; dibujó cientos de paisajes, apuntes y estudios, que debía utilizar más tarde en Roma como modelos para sus pinturas al óleo.

Se entusiasmó inmediatamente para las obras maestras de la pintura italiana en Bolonia, Florencia, Nápoles y Salerno.

Pronto se volvió parroquiano asiduo del Café Greco, en la Via Condotti, cita de los artistas por excelencia, y dónde aún hoy un retrato recuerda su presencia.

Frecuentemente lo acompañaba durante estas primeras incursiones en los paisajes romanos Joachim Christian Reinhart, un pintor alemán mayor que él.

Hacia 1810, Josef Anton Koch se encontró cada vez más en contacto con un nuevo grupo de artistas alemanes, los nazarenos.

Como escribió, tenía dificultades a aceptar la ocupación de Roma y la deposición del Papa por los franceses.

No podía acostumbrarse al clima, encontraba el medio limitado y poco comprensivo.

Por razones de salud, Koch marchó en 1819 a Umbría donde visitó Piediluco, Narni, Terni, Spoleto, Asís y Perugia.

A los cincuenta y siete años de edad, Koch se volvió en 1825 hacia una nueva técnica: el fresco.

Estos frescos han sido recientemente restaurados por completo y se encuentran abiertos a la visita.

Estilísticamente, estas obras están relacionadas con la tradición neoclásica de su profesor y amigo Asmus Jakob Carstens.

Presenta diversos aspectos de la naturaleza: bosques, colinas, llanuras, precipicios, riachuelos y ríos.

Gracias a la relación entre el rey Luis I y Koch, la Neue Pinakothek de Múnich ofrece una colección especialmente rica.

Joseph Anton Koch : Paisaje con arcoiris (1805).
Cascada de Schmadribach , 1821-1822, óleo sobre lienzo, Neue Pinakothek , Múnich .