Dice la leyenda que un día en su etapa de jugador en su club de toda la vida, el Balón-Mano Granollers, le pusieron en el banquillo como jugador suplente y desde entonces, allí se quedó, hasta convertirse en un ejemplo para todos los entrenadores coetáneos.
Tomó las riendas del BM Granollers la temporada 1955-56, un equipo que jugaba el balonmano en sus dos modalidades, tanto a 11 jugadores en campos de césped como a 7 en pistas polideportivas.
En balonmano a 7 ganó en seis ocasiones consecutivas la máxima categoría española, en un principio llamada Primera División Nacional y posteriormente, una vez creada la División de Honor, llevó al club el triunfo de la misma en otras tres ediciones, hasta que en la temporada 1962-63 el BM Granollers no consiguió un patrocinador que costease los largos desplazamientos que representaban participar en esta competición y se vio obligado a disputar la segunda categoría (Primera División) durante dos campañas.
Su substituto en el banquillo fue Miquel Roca, nombrado el mismo año que se abandonaba la máxima categoría que devolvió al club a la División de Honor en 1965.
[1] Falleció en 2022 en Granollers a los 95 años de edad.