Más adelante, Josefina se doctoró en ciencias biológicas por la Universidad de Barcelona en 1969.
Una vez terminada la carrera, Josefina Castellví viajó a Francia para estudiar durante dos años.
En 1984 fue la primera mujer de España en participar en una expedición internacional en la Antártida; cabe destacar su colaboración en la organización de la investigación por la que fue premiada[5][6] junto a Antonio Ballester y Nolla, así como por su intervención en la instalación de la Base Antártica Española Juan Carlos I en la isla Livingston,[7][8][9] de la que fue directora del año 1989 al 1993, lo cual permitió que España entrara a formar parte por primera vez como miembro del Tratado Antártico (1988).
Como es el lugar más frío, comenta, es el lugar ideal para estudiar los mecanismos de adaptación de todos los seres vivientes, que deben cambiar su estructura para sobrevivir, ya que si no lo hacen, se extinguen, como les ha pasado a los árboles y las plantas, que han desaparecido de la Antártida.
"Lo difícil es obtener el primer premio", dice ella citando el científico Ramon Margalef, "porque los otros vienen como por acciones miméticas".
El documental se realizó a modo de homenaje por todo el trabajo realizado por ella y los otros tres científicos que lograron que España construyera la primera base para investigar esta remota zona del planeta.
Me di cuenta que en esta historia se producía una alquimia de elementos irresistibles para mí: mujer, ciencia, aventura y Antártida.
"[22] Sinopsis: En 1986, cuatro científicos catalanes, Agustí Julià, Joan Rovira, Josefina Castellví y Antoni Ballester consiguieron llegar a la Antártida con el proyecto de plantar su tienda de campaña en la isla Decepción para forzar al estado español a vincularse al tratado antártico, el cual acabaría sucediendo en 1988, y poner una base.
El líder de la expedición, el doctor Antoni Ballester, acabaría sufriendo un ictus que llevó a Josefina Castellví a coger el relevo y dirigir la pequeña instalación en una época en donde los recursos eran bastante limitados para el programa antártico.
Además, encuentra la maleta con 30 horas de filmaciones que había rodado ella misma durante los primeros años en el continente blanco.
El galardón homenajea una personalidad científica de ámbito local que recientemente haya recibido alguna distinción importante y se entrega en el transcurso de la Lección August Pi i Sunyer, que imparte el premiado.
La primera personalidad que recibió la medalla fue el ecólogo Ramon Margalef; le siguieron el oftalmólogo Joaquín Barraquer, el cardiólogo Valentín Fuster y el primatólogo Jordi Sabater Pi, entre otros.
Años más tarde, siendo ya Profesora de Investigación del CSIC, especialista en bacteriología marina, fue su directora.
Su pasión por el estudio de bacterias en condiciones de ambientes extremos la llevó a interesarse por el continente antártico y, en 1984, se convirtió en la primera mujer española que participaba en una expedición internacional en esas tierras heladas.
Ha publicado más de setenta trabajos científicos y ha participado en 36 campañas oceanográficas.