Lo ignoraron por su constitución física y después llamó la atención de todos.
Su forma de jugar llegó a los directivos del Guadalajara que en 1984 ya le habían observado.
Llegó al Club Deportivo Guadalajara en la temporada 1984-85, fue requerido por el entonces técnico del equipo Alberto Guerra quien también había sido contratado desde la llegada a la administración del equipo por parte de Marcelino García Paniagua.
Jugaba pegado a la banda, encaraba, hacía fintas, perseguía el balón hasta la línea de meta y centraba con tal precisión que sus compañeros sólo tenían que mandarla al fondo de la portería, esa era su misión.
Pocas oportunidades tuvo para representar a México en eventos internacionales.