Es hijo del también baloncestista Josep María Soler, que llegó a ser internacional con España en la década de los 60,[3] se formó en las categorías juniors del FC Barcelona, y tras dar el salto a la primera plantilla y permanecer en la misma durante 4 temporadas (1985-89) sin apenas participar en las rotaciones, se marcha a probar suerte en el TDK Manresa (1989-90) y en el Zumos Juver de Murcia Club (1990-91) y tras cuajar dos magníficas temporadas en dichos equipos, es repescado por el Barcelona (temporada 91-92) aunque no consigue encajar en los sistemas de Aíto García Reneses en primera instancia y de Bozidar Maljkovic posteriormente, por lo que abandona definitivamente el club azulgrana para recalar en las filas del Ferrys Llíria (temporada 92-93) Pese a su excepcional campaña en el Ferrys, no consigue evitar el descenso de categoría del club de Llíria en el play off de descenso a manos del Cáceres C.B.. Y fue precisamente el club extremeño el que le fichó para la temporada 93-94 y en el que probablemente disfrutase de su mejor etapa (por números y resultados deportivos) ya que como director del mismo llegó a jugar unas semifinales de la copa Korac (temporada 94-95) Tras abandonar la disciplina del club cacereño, recala nuevamente en el C.B.
Murcia (1995-96) donde tras una lesión fortuita que se produjo en un choque con su compañero de equipo Bobby Martin y que le dejó con una fisura en el cráneo, se pierde varios partidos.
Al año siguiente recala en el que iba a ser su último equipo ACB: El Baloncesto Fuenlabrada, pero tras una temporada más que discreta abandona el mismo y tras su paso por el discreto U.E.
Mataró de la liga EBA y el Melilla Baloncesto de la LEB, finaliza su carrera disputando un puñado de partidos en el U.E.
Montgat de Segunda División en la temporada 1998-99 Junto con su padre Josep Maria Soler, es una de las cinco sagas, padre e hijo en ser internacionales por España.