Fue el primer adolescente en ir a la cárcel por hackear sistemas de comunicación e información con apenas 16 años de edad.
Tras estar en libertad creó una empresa de seguridad informática.
En una nota de suicidio de cinco páginas, James escribió que él era inocente, y que estaba seguro de que los federales querían hacer de él un chivo expiatorio.
Esta noticia vuelve a ser actualidad, al decidir el padre de Jonathan James publicar la nota que dejó James antes de suicidarse.
Según la revista, el padre ha guardado silencio hasta ahora debido a que la investigación sobre el robo masivo de tarjetas de crédito aún no había concluido.