La situación fue aún más humillante para Jokin cuando, debido a un problema intestinal que padecía, sufrió una diarrea en clase; ese hecho involuntario agravó todavía más las burlas, insultos y palizas que ya venía padeciendo.
Sus padres, que se enteraron de ello un mes después, decidieron hablar con el director del centro escolar para ver si podía hacer algo.
En verano, Jokin fue a un campamento para intentar librarse de los agresores, pero aquello tampoco fue como él esperaba.
Se fumó un porro con cuatro compañeros y fueron descubiertos por un monitor que decidió enviar una carta a los padres.
Más tarde, esa noche, los padres de Jokin se enteraron del suicidio por un vecino que encontró su cadáver.
[14] Algunos vecinos de Fuenterrabía decidieron poner flores y velas en el sitio donde se suicidó Jokin.