Sobre ese importe, 21 millones corresponden a los acreedores privilegiados, entre los que estaban la Kutxa y la Diputación Foral de Guipúzcoa.
La estabilidad y la apuesta por el carácter propio ha marcado la gestión de Aperribay tras casi una década al frente del club donde el proceso de mejora continua ha marcado el devenir del club.
[12] El club consiguió la permanencia en Primera División en la siguiente campaña, y ya con el francés Philippe Montanier, logró primero la permanencia y finalmente clasificar a los txuri-urdin en la temporada 2012/13 para la Champions League, tras diez años de ausencia, y tras obtener el cuarto puesto en la Liga.
Tras Philippe Montanier llega Jagoba Arrasate dentro de la apuesta por Zubieta y el carácter propio que siempre ha marcado la toma de decisiones del club.
El regreso de Illarramendi - tras una negociación compleja y nada fácil para el club - fue el punto de inflexión para seguir creciendo en lo deportivo así como una gran satisfacción para la masa social txurriurdin.