John Warnock Hinckley Jr.
El presidente quedó gravemente herido tras recibir un balazo en la axila izquierda que luego siguió hasta parar a 2,5 centímetros del corazón.
Casi a punto de morir, fue hospitalizado y lograron extraer la bala mediante cirugía.
Hinckley fue declarado no culpable por motivos psicológicos y ha permanecido bajo supervisión médica en un centro psiquiátrico desde entonces.
[1] Considerando que ya no constituye una amenaza para los otros, un tribunal federal ordenó su liberación, sin medidas de restricción, en agosto de 2016.