[1] Joaquim Veà obtuvo su licenciatura en psicología por la Universidad de Barcelona en 1983, y tres años más tarde, en 1986, obtuvo su doctorado con una tesis sobre la conducta animal, denominada Modelos funcionales en la conducta animal: simulación de un sistema motivacional.
Considerada la selva más septentrional del planeta y declarada reserva de la biosfera por la UNESCO, para Veà supuso la oportunidad de profundizar en los aspectos etológicos ya iniciados con Sabater Pi.
No se puede confiar en una explotación 'sostenible' de los recursos naturales, porque cuando una determinada actividad humana tiene éxito con la extracción de recursos, pasa a practicarse intensivamente y rompe el equilibrio.
[13] Los resultados de los estudios sobre la fragmentación de poblaciones identificaban un incremento del estrés, especialmente entre las hembras, cuando un macho ajeno al grupo se acercaba en la zona, puesto que sentían amenazada la prole.
[20] Joaquim Veà era una persona polifacética, ávido lector y preocupado por la sociedad que lo rodeaba.
Fue capaz de combinar la actividad como bombero voluntario[21] con acciones divulgativas sobre comunicación humana.
[24] La fotografía como herramienta básica para cualquier investigador ha sido transformada por Joaquim Veà en una de sus pasiones y ha convertido en arte lo que ya sólo tenía valor funcional o científico.
En esta vertiente, el científico se presentaba con el pseudónimo de Ricard Baró.
[28] Dedicado a la fotografía desde los años 1980 pasó del analógico al digital donde desarrolló un estilo basado en el tratamiento digital y la saturación del color para conseguir imágenes mágicas.
[29] En una exposición realizada en Xalapa bajo el título "Desnudo temblor de árboles delgados", Ricardo Baró usó sus imágenes para denunciar la presión humana sobre la selva que observaba a sus investigaciones: