Si bien, esta técnica nipona, requiere de un equipo especialmente preparado, de tal modo que pueda hacer frente a la lucha contra potentes depredadores en los últimos años, se están empezando a diseñar cañas y carretes específicos para cada una de las tendencias sucedáneas del jigging.Estos señuelos, denominados jigs, han sufrido modificaciones evolutivas hasta el día de hoy, pasando desde formas que asemejan a gran cantidad de animales marinos como peces pasto, hasta los materiales, tales como metales, en la que el plomo goza de mayor popularidad y mejor efectividad.Lo más cómodo y habitual, será la ultilizacion de varas que no superen los 200cm, con una flexibilidad y acción en directa relación con el gramaje del señuelo, al tiempo que sean lo suficientemente resistentes como para aguantar las acometidas de piezas colosales.El señuelo podrá variar, según la modalidad de jigging a realizar, pasando desde los ya clásicos peces metálicos, hasta los shads, kaburas e inchikus -señuelos compuestos por vinilo y una bala o cabeza metálica-.Existen variantes del jigging que se valen de señuelos naturales, tanto vivos como inertes, siendo lo más habitual, el uso de cefalópodos o peces vivos, lastrados por piezas de plomo, estratégicamente colocadas, que harán que estos se sumerjan fácilmente y ayuden al pescador en su maniobra y control desde superficie.