Su particular estilo excéntrico, salvaje y destructivo al cantar en los escenarios lo llevó a ganar un lugar dentro los mejores cantantes peruanos de aquella época.
En la adolescencia fue enviado al Colegio Militar Leoncio Prado, donde conoció a Koko Montana y César Altamirano, quienes más tarde seguirían el camino de la música.
Fue vocalista de Los Delfines del Callao por un año, y compartió escenario con Jesús Herrero Valiente, que fracasó rápidamente en su carrera por su adicción a las drogas.
Luego empezó a cantar como solista; durante estos primeros años se presentaría simplemente como Jean Paul.
Se presentó junto al músico Enrique Pastor (quien después formaría parte de Los Steivos, como baterista).