Duprey dijo una vez: "Yo, ¡yo no tendría que estar atascado en esta galaxia!".
[1] André Breton, fascinado por la oscuridad e imaginería en la poesía de Duprey, invitó al autor a París en 1948.
Todas las cuestiones preguntadas en los poemas de su último libro La Fin et la manière (1970) quedan sin respuesta, pero su autor encontró una manera en algún lugar "más allá" (Jouffroy, 1970, citado en[1]).
Un día fue a la tumba del Soldado Desconocido situada en el Arco de Triunfo y orinó en la llama eterna, motivo por el cual fue arrestado y golpeado en la prisión; más tarde fue llevado a un hospital psiquiátrico.
Escribió su libro final en 1959 y al finalizar, pidió a su mujer que enviara el manuscrito a Breton.