En 1758 viajó a San Petersburgo (Rusia) para trabajar al servicio de Catalina la Grande en el Palacio Imperial (actual Museo del Ermitage).Permaneció allí cinco años, con viajes a Finlandia, Lituania y Siberia.Constituyen un valioso testimonio de aquellas tierras remotas, más veraz que las obras de otros artistas que se inspiraban en testimonios indirectos.En cuanto a estilo, Le Prince se distanció un tanto del rococó más opulento y desmedido de Boucher, y se movió habitualmente en formatos reducidos.Le Prince puede recordar a Watteau en algunos aspectos, pero se inclina más por lo pintoresco y no entra en grandes profundidades emocionales.