Jacinto Rivero
Participó asimismo en numerosas exposiciones colectivas en su país y en varias capitales latinoamericanas, desde 1956 y en las Bienales de São Paulo, la X, en 1969; de Buenos Aires, la 3a.Por eso Livio Abramo escribe en 1978: “Tal vez Jacinto sea uno de los más legítimos y auténticos representantes del alma popular paraguaya, del espíritu de este pueblo que, cercado por países gigantes que están, infelizmente, perdiendo sus propias fisonomías culturales en el altar de esta deformadora civilización tecnológica, de este pueblo, repito, que aún conserva, por lo menos entre los humildes, su autenticidad cultural en aquellas cosas que le permiten continuar siendo él mismo”.Y el gran artista brasilero conoce muy bien la obra de Jacinto porque fue su maestro.Por su parte, Josefina Plá, la ilustre intelectual hispano-paraguaya, en su estudio “Treinta y tres nombres de las artes plásticas paraguayas” (1973) señala: “Jacinto Rivero ha seguido desde su iniciación una línea caracterizada por un ingenuismo de toque mágico, que lo constituiría en heredero directo de los grabadores del Setenta.Su temática arraiga, como sus formas, en la tierra, y es acentuada y sabrosamente personal...” Unánimemente considerado por la crítica y el público como la más alta cifra del grabado popular paraguayo, falleció Jacinto Rivero en su ciudad natal, el 7 de mayo de 1997.