[1][2] Fue director y redactor principal de “El Siglo” durante diecisiete años.
Cuarenta años de vida y labor intelectual en la República, le ganan, sin embargo, una real ciudadanía uruguaya.
Más tarde, separado de las tareas diplomáticas, regresó a la República, donde había contraído enlace con una uruguaya.
Hombre de arraigadas convicciones principistas y liberales, confraternizó muy pronto con nuestros más distinguidos elementos intelectuales, integrado – como un criollo – aunque círculo selecto que por paradoja se llamó de los conservadores.
Diversos acontecimientos políticos en América y España, lo impulsan a abandonar la carrera diplomática; e indirectamente.