El concepto del Itmām al-hujjah requiere que la verdad religiosa sea presentada por un rasul (mensajero) y no por un nabi (profeta).
El primero es aquel que recibe el mensaje para una comunidad en forma de libro y por tener asegurado el éxito en su difusión.
[1][2][3] en el Islam sunita, un Imán puede ser en sí mismo el hujjah a través del cual la presencia de Alá se establece para el creyente.
Generalmente, se considera que el castigo vendrá como un desastre natural o por la mano del hombre.
[6] Llega con calamidades naturales, si el mensajero tiene muy pocos seguidores y algún lugar al que emigrar.