La novena participación irlandesa fue otra decepción, debido a que resultó eliminada en los cuartos de final por séptima vez; la tercera consecutiva.Entrenador: Joe Schmidt Fue el último mundial de Best, Cronin, Earls, Kearney y la leyenda Sexton.El entrenador Schmidt decidió no renovar su contrato y abandonó el seleccionado.La caída ante Japón fue considerada histórica, debido a que no se veía como factible por la prensa ni fanáticos del rugby.[2] En Irlanda se criticó fuertemente al seleccionado por los errores de juego.